Ambos rivalizarán el 16 de septiembre en una corrida Goyesca que ha creado gran expectación

Un marco mítico de la cultura murciana como es el Palacio Almudí fue el escenario perfecto para que los diestros Enrique Ponce y Pepín Liria compartieran una hora de charla en torno al mano a mano que ambos librarán el próximo 16 de septiembre en el coso de La Codomina. Los maestros se sintieron a gusto ante un auditorio que colgó el cartel de ‘no hay billetes’ y hablaron de sus carreras, de su relación con la plaza de Murcia, de la madurez en el toreo y otros muchos temas que les fue planteando el moderador del acto, el periodista José Enrique Moreno.

Esta charla-coloquio fue organizada por la empresa Toros Sureste, que encabeza Ángel Bernal, como una de las actividades promocionales de una feria que ha recibido el unánime elogio de prensa y afición de esta tierra. El acto fue todo un éxito al abarrotar el salón y al contar con el testimonio abierto y sincero de dos toreros que mostraron su admiración y respetuo mutuo.

El acto comenzó con la presentación de un cartel exclusivo que la empresa Toros Sureste ha encargado para esta cita histórica, que se desarrollará a modo de corrida Goyesca. La obra ha sido realizada por Diego Ramos y en ella los protagonistas son Ponce y Liria.

Enrique Ponce habló de la tauromaquia en clave de religiosidad y compartió sus sensaciones en las primeras tardes de esta reaparición y a la vez temporada de despedida de los ruedos. Granada o Istres le han hecho dudar sobre si había dicho la última palabra en el toreo: “Creía que lo tenía todo hecho en mi carrera, pero en estas tardes he sentido que ha toreado mejor que nunca. La de Istres puede estar entre mis tres mejores faenas. Por eso ahora pienso si estaba todo hecho, si lo había dicho todo en el toreo. Me estaba auto convenciendo a mí mismo de que no tenía nada más que demostrar y pensaba que era así, pero ahora me habría engañado a mí mismo”.

Ponce también explicó los motivos de su retirada y de su vuelta a los ruedos. “Me fui porque era lo que sentía y posiblemente era un momento en que necesitaba parar”. Respecto su vuelta a los ruedos, explicó que la está viviendo con ilusión y madurez y que la afrontó “porque la gente quería verme una última vez. Creo que mi toreo tiene algo especial, por la madurez adquirida. Me voy a ir realizado, satisfecho y feliz porque la afición me haya podido ver una última vez”.

Por su parte, Pepín Liria explicó que vuelve a los ruedos “por Murcia y para acompañar a su amigo”. Para ello se está preparando a fondo y aunque nota el tiempo sin torear, tiene mucha fe. Es consciente de dónde se ha metido y está siendo prudente, “porque son 54 años y el cuerpo da señales y se queja”, pero tiene claro que va con todas las consecuencias: “Voy a salir con la misma mentalidad de siempre: con la intención de ser el triunfador de la feria de Murcia.

Y lanzó un mensaje a su público: «Lo único que le pido a la gente es que nos acompañe, que de lo demás nos encargamos nosotros”. Preguntado sobre si siente el miedo de nuevo, respondió: “He vivido toda mi vida con el miedo y ahora no le voy a volver la cara. Como dice Espartaco, pase lo que pase llegarán las 10 de la noche del día 16. Pero ya estoy sin dormir y con las mismas preocupaciones que cuando me anunciaba tres tardes en la feria”.

Ambos abordaron el tema de la madurez del torero, explicando que redunda en un mayor conocimiento y en un mayor poso en su toreo. Hablaron de los indultos –entre los dos suman siete en Murcia- y de la tarde en la que indultaron un toro cada uno: “Enrique, después de indultar su toros, me dijo: ahora te toca a ti…”, todo un hito en las catorce tardes que han compartido en Murcia.

La admiración y respeto mutuo estuvo presente en este histórico encuentro que terminó de forma muy peculiar, desvelándose los brindis que se harán en el mano a mano del 16 de septiembre. Ponce brindará su último toro en Murcia a Pepín Liria, y el murciano hará lo propio con el maestro de Chiva con el primer toro de la tarde. En estos brindis se hablará de admiración, respeto, historia y amor por Murcia. Un epílogo emotivo para un acto brillante.

 

 

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