Rafael Rubio ‘Rafaelillo’ y Miguel Ángel Perera consiguieron tocar pelo en la corrida de la prensa de la feria de Murcia, festejo en el que se echó en falta una mayor colaboración del ganado. Sebastián Castella se fue de vacío.
Ficha: Miércoles, 12 de septiembre
Ganadería
Cinco toros de Salvador Domecq, de escaso juego, y uno -tercero- de Benjumea, bueno.
Toreros
Rafaelillo, ovación y oreja.
Sebastián Castella, ovación y palmas.
Miguel Ángel Perera, oreja y silencio.
Comentario
Rafaelillo tuvo que cuidar desde el principio al toro que abrió plaza, un animal justo de fuerza. A base de hacerle las cosas despacio y con suavidad, sin forzarlo, logró afianzarlo para torearlo con verticalidad y buenas formas por ambos pitones. Fue una faena con compostura y buena técnica en la que el torero se sintió a gusto ante sus paisanos. Pinchó y perdió la opción de tocar pelo.
En el cuarto se fue a portagayola y dio tres largas cambiadas en el tercio logrando un recibo de capa emocionante. El toro fue muy complicado, muy descompuesto y soltando la cara. Rafaelillo estuvo valiente, realizando un esfuerzo y sobreponiéndose a las dificultades de su enemigo. Sacó más partido al natural y terminó de rodillas. Mató de pinchazo hondo y descabello y cortó una oreja.
Sebastián Castella se encontró con otro toro noble al que supo dar los tiempos necesarios para lograr momentos estimables por ambos pitones, pero sobre todo por el derecho. El diestro francés cuidó al de Salvador Domecq hasta que el animal se paró. Terminó en terreno de cercanía con el astado muy apagado. Mató de media desprendida y fue ovacionado.
En el quinto, Castella no tuvo muchas opciones con un toro deslucido con el que logró sacar algo positivo por el pitón derecho, ya que por el izquierdo el de Salvador Domecq tenía más problemas. Fue una faena que no pudo pasar de discreta que remató de estocada corta. Palmas. El tercero, del hierro de Benjumea, presentó problemas en el primer tercio, algo brusco e incierto.
Miguel Ángel Perera se lució en un quite por chicuelinas y tafalleras bien rematado con larga. El toro pareció romper ahí y Perera firmó un buen comienzo de faena con muletazos por alto sin inmutarse. En las series por el lado derecho lo llevó muy largo. Al natural el toro le avisó, pero acabó por meterlo en la canasta. Finalizó con un arrimón de los suyos. Mató de pinchazo y estocada, y fue premiado con una oreja.
El sexto tuvo mucha complicación como se pudo ver en el inicio de faena. Rebañaba por el pitón derecho con peligro y Perera intentó meterlo en la muleta con mérito y valor pero sin éxito por la mala condición del toro.